En 1890 funcionó la Players League, que se había llevado el 75% de los peloteros de la Liga Nacional y de la American Association. La Liga de los jugadores sobrevivió solamente ese año, y antes de la temporada de 1891, las otras dos ligas acordaron aceptar de vuelta a los peloteros, y que se respetara la propiedad de ellos por sus anteriores equipos (o sea, no tomarlos como agentes libres). Todas las organizaciones fueron solidarias en ese sentido, a excepción de los Alleghenies, quienes se llevaron al segunda base Louis Bierbauer, que había sido de los Atléticos de Philadelphia; y de los Coroneles de Louisville, al outfielder Pete Browning, y al lanzador Scott Stratton. Por supuesto que hubo protestas airadas en Philadelphia y en Louisville. Fue cuando el propietario de los Atléticos expresó para insultarlos: "Esos Alleghenies son unos piratas!". Un periódico lo publicó con titular grande, y en las oficinas del club de Pittsburgh decidieron cambiarse el nombre, y enseguida, en la temporada del mismo 1891, aparecieron como los Piratas de Pittsburgh. Y ahí están tan campantes como el whisky escocés. La moraleja es: Si te acomodan un sobrenombre, no te enojes, sonríe, y sácale partido. En de junio de 1992, los Yankees ni soñaban con poder seleccionar en el draft al shortstop de Pequannock, New Jersey, Derek Jeter, pues era el prospecto de mayor relevancia, y los Astros escogerían primero. "Honestamente, creí que Houston se lo llevaría", dijo entonces quien era el director de scouts en El Bronx, Brian Sabean. Y el scout de los Astros que había cubierto a Jeter en high school, Hal Newhowser, dijo en su reporte: "Como pelotero y como persona, es muy especial". Sin embargo los ejecutivos de Houston pensaron que Jeter exigiría más de un millón de dólares como bono, ya que los Yankees habían pagado un millón 550 mil al número uno de 1991, Brian Taylor. Por eso los Astros se decidieron por el 1B y C Phil Nevin, a quien dieron 700 mil dólares. Más asombroso aún fue que a los Yankees les correspondía escoger hasta el sexto chance, y tampoco los otros cuatro equipos antecesores se llevaron a Jeter. Los Indios pidieron al pitcher Paul Shuey y le dieron 650 mil dólares; los Expos al lanzador Derek Wallace, por 550 mil; los Orioles a Jeffrey Hammonds, OF; y los Rojos a Chad Mottola, OF, por 400 mil dólares. El personal de los Yankees comenzó a auto-cuestionarse y preguntarse entonces qué ocurría, cuál era el misterio. "Me vi tentado a averiguar si Derek estaba lesionado o si no iba a firmar", comentó Sabean. Pero no había tiempo para investigaciones. Se arriesgaron y Jeter firmó por 700 mil dólares. Más tarde, Newhouser renunció a sus labores con los Astros.
Randy Derek
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